(del griego kósmoV: universo, y gígnomai: ser, producirse). Parte de la astronomía;
ciencia sobre el origen y el desarrollo de los cuerpos celestes y sus
sistemas. Convencionalmente, se puede dividir en cosmogonía planetaria y
cosmogonía estelar, aunque la solución de los problemas de cada una de
ellas se halla relacionada con la que se dé en la otra. Las conclusiones
de la cosmogonía se basan en los datos de otras partes de la
astronomia, de la física, así como también de la geología y otras
ciencias que tratan de la Tierra. La cosmogonía, como la cosmologia se encuentra íntimamente unida a la filosofía, ha sido y sigue siendo
campo de enconada lucha entre materialismo e idealismo, entre ciencia y
religión. La dificultad que ofrecen los problemas cosmogónicos se debe a
que los procesos en que se produce el desarrollo de los objetos
cósmicos duran muchos millones y miles de millones de años; en
comparación con esto, las observaciones astronómicas e incluso toda la
historia de la astronomía abarcan espacios de tiempo insignificantemente
pequeños. Las dificultades de la cosmogonía planetaria están, además,
condicionadas por el hecho de que por ahora sólo podemos observar de
manera directa un sistema planetario. La cosmogonía científica nació
hace unos doscientos años, cuando Kant formuló la hipótesis de
que los planetas habían surgido de una nebulosa de polvo que, según él,
había rodeado al Sol en otro tiempo. Las hipótesís de Kant (1755) y de
Laplace (1796) (Hipótesis de la nebulosa) no pudieron explicar
algunas particularidades esenciales de la estructura del sistema solar y
fueron abandonadas. Se presentaron otras varias hipótesis de las cuales
la más popular fue la de Jeans (1916). Sin embargo, también ésta
chocó con obstáculos insuperables y desde el punto de vista de los
principios constituía incluso un paso atrás en comparación con las
hipótesis cosmogónicas clásicas. Actualmente, prosigue la tenaz
acumulación de datos y se generalizan, pero el problema aún no se ha
resuelto. es muy sustancial la aportación de los científicos soviéticos a
la cosmogonía planetaria (trabajos de Otto Iúlievich Schmidt, Vasili
Grígorievich Fesenkov y otros). Sólo en el siglo XX se ha aclarado la
naturaleza y la estructura interna de las estrellas. En la actualidad,
se sabe en líneas generales cuál es el carácter de la evolución de las
estrellas, mas por lo que respecta a su origen sólo cabe formular, por
ahora, conjeturas. Durante mucho tiempo imperó la idea de que las
estrellas habían nacido simultáneamente hacía varios miles de millones
de años. Ahora no hay duda, sobre todo gracias a los trabajos de los
hombres de ciencia soviéticos (Viktor Amazaspovich Ambartsumián), de que
también en la época actual se da el proceso de la formación de
estrellas en las galaxias, en la nuestra y en las otras. Se han
efectuado también varios trabajos que arrojan nueva luz sobre el
desarrollo de los cúmulos estelares y de las galaxias. Los éxitos de la
cosmogonía soviética se deben en gran parte a que sus científicos
orientan las investigaciones inspirándose en la filosofía del
materialismo dialéctico. La filosofía idealista, en cambio, contribuye a
menudo a que surjan ideas cosmogónicas arbitrarias, como la de que los
átomos, las estrellas y hasta la Metagalaxia proceden de la nada, lo cual significa el renacimiento de concepciones fideístas impugnadas ya por la ciencia natural.