Una
tarde sentado en una mesa de alguna cantina, escuchando
una buena canción en tu reproductor, en la rockola del negocio o escuchando al
típico señor cantando temas de José Alfredo, Gerardo Reyes etc. Tomándote
tu segundo o tercer tarro, copa, bola de tu alcohol o pulque favorito
viendo entrar y salir a gente
igual, mejor o peor que tu pensando
en aquella persona en aquellas caricias en aquellas miradas, sonrisa, beso, abrazos, recordándola, recordando cada momento que pasaste a su lado recordando las promesas
que se hicieron recordando cómo se fue apagando poco a poco el
amor, recordando
lo último que le dijiste con una mirada segura:
"Te
amo, pero debemos terminar"
En ese momento volteas a tu derecha vez
una carita tierna, una sonrisa encantadora igual o mejor que la que se fue
le sonríes, te sonríes, pides
dos cervezas, te pones de pie y te diriges a ella, llegas
con esa persona y le dices:
"hola"
Te
responde con otro hola y una sonrisa
y
te das cuentas que aquella tristeza se ha ido y que otros no siempre tienen segundas oportunidades....